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Una mano que se extiende en la pulposidad del tacto
en los codos rotos, forzados.
Una mano que rasga, que anota;
una mano que recorre
cada parte del cuerpo sin tocar,
una mano
que planta en la tierra
su exclusividad comprometedora,
que riega, y aplaca.
Una mano que golpea con su ira,
que aprieta con la rabia,
que aparta cuando cela
y cobija cuando callas.
Una mano que te lee sin querer,
que llora sin querer,
que sufre sin llorar,
esa mano que cosecha sus temblores,
que levanta, se empuña y grita enmudecida,
aquella mano que acaricia
la rugosidad del todo
aplastado por la consecuencia,
una mano que ama;
Y solo está aquí, al final de mi brazo.
3 comentarios:
♥
Me gusto mucho...
No se poner acentos D: xdd bueno Adios.
Holª!!!
Hace tiempo que no entraba a tus dominios.
es interesante cómo has situado a esta parte del cuerpo, que es canal de todas nuestras potenciales ideas, escribimos, señalamos, nos apoyamos, nos defendemos, acariciamos.
espero que estés bien!
saludines
chau!
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