martes

fractal

Inmaculada puesta de sol violable y tan poco accesible
con aires de diva se pavoneaba la muy clandestina y con sorna
frugales vísperas de invierno se tornaban azulejos manchados de café rojizo poco atractivo y bastaba una sola palabra de fuga para convertir esto en miseria poblada de blanco
en actitudes de rebeldía tan patética y descreída que ni por pobres niños pasaban desapercibidos
y que sin embargo grabados quedaban con fuego en las retinas más gelatinosas
en las madrigueras olvidadas llenas de cuerpecitos danzantes guturales asombrosos
metracas por montones y fiesta bebestible
que ya no hay fantasías y eso me parece más cómodo que otra cosa
tragicómico, bastardo, sumiso
pero cómodo.

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