dos pasos al infierno
cada vez más cerca que alegría señor mío.
pasos a verte
pasos de vuelta a la muerte
pasos de baile de flores sánscritasde flores pequeñas como un polluelo
flores adictas
flores que vuelan contigo
que adornan tu cadáver tan pequeño como ellas
grandiosas fuentes de agua rodeando las murallas
las muchedumbres
los
ruidos folclóricos y rimbombantes
las preciosas azucenas de tu seno invernal
de lagunas subterráneas
de chillidos
de animales en el bosque
que edificante y maravillosa
la pobreza de las ropas de esos bicharracos que aullan en tu ventana
yo quisiera tomarlos
ser tan liviana como las nubes al lado de tu cama
ser tan nívea como tu rostro adormilado
tomarlos para robarles el alma y estar bajo tus balcones dando vueltas
ahumándome gritando
que vuelvas que vuelvas que vuelvas
dulzura infantil
patética
el mayor infierno de todos los infiernos
son esas pozas terribles que inundan tu cara tan inerte
dulzura patética
dulzura sinfónica la dulzura de tus labios
caderas
rincones
pero patética
fingido el orgasmo y el movimiento
fingida tu cara de risa las horas
el lugar era entero de cartón madera plástico
asqueroso plástico barato
yo me dije ya no quiero amarte más no voy a hacerlo
pero como todos sabemos aquí
papel lápiz y A
no soy más que un pobre mamarracho
esperando ser leído por tus ojos
un acto histérico casi enfermizo
la expectativa de una reacción inexistente
la pantomima de un rechazo
yo voy a guiarme súbitamente
hacia los brazos de mi madre a llorarlos a todos
hermanos padres tíos abuelos primos sobrinos nietos
hasta que se me salgan los mundos oculares y quede ahí
agazapada por encanto febril y alucinógeno
extraña, absorta, inmersa
en un océano de fieras arrogantes.
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