Eres bien una mujer de acuerdo a lo convenido
vestida estás de los ropajes que te han entregado.
Haces bien como debiera una mujer
y todo cuanto se espera de tí
parece poco comparado a tu figura
el fuego que forjara tu carácter
-de hierro dijéronme-
los que quiénes
como dónde.
Eres bien una mujer de acuerdo a lo convenido
y vestida estás de los ropajes cosidos a mano de mi mano
No hubo voz sino el espectro
escarchado
de tus fuegos que se pavoneaban con sorna
yacíamos -jirones del traje y yo-
en la esquina de tu risa
viendo pasar la noche-
marchitares y dolores.
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