Es casi una vergüenza
que el peso de tu cuerpo se abrigue
en lo particular de mis manos
o en lo general de mis brazos
Es una sinvergüenzura
que me sigan el paso
las lagunas que he de surcar desnuda
en lo particular
mi clavícula pesa
se abriga en lo general de tu mandíbula que
la sostiene a mordaza limpia
No sería vergonzoso si
de pronto la boca se nos llenara de agua
de augurios para despertar pájaros submarinos
de las mil y una noches
de cuentos de alfombras y cojines
de vino sobre esa alfombra de multitud ensangrentada de triunfo
beberíamos diez veces la derrota
si no tuviéramos el cuento de memoria.
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