Hay una discapacidad rutinaria
en todo cuanto puedo defenderme
en el humo de
los cantos de sirena al vuelo
en el humo de
las micros insalubres que
colindan este espacio muerto
donde vivimos
pelotas de carne y sal y pellejo
alucinando en los suburbios
subidos en pegasos cartoneros
cobijados con arena y pulpa de cerdo
del frío inclemente.
Me desayuno
somos mañanas estomacales
dientes morados
jugadas crueles del destino
estampas cristalinas
consagradas al demonio en cruz
el agua en los ojos
de un tipo
con care' problema
sucia burla del devenir genético
Multitudinario esplendor
los bailes a la luz de la cordillera
estamos asignados
rotulados
a este instante preciso
de goma eva y cartulina.
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