Cerrando el boliche
Transatlántico
Oímos voces que doblamos
en un pañuelito desechable
no eran buenas épocas
ni aires de triunfo tuvimos
bandoneones de bandazos
matamos las franjas a balazos
de picados
de tristes
no sé
vaivenes posteriores
la carne en repisa se apila
y este sumergir perpetuo
parecen mas bien alas
bañadas de petróleo y él
hurgueteando en su nariz
pilló la conformidad
y se quedó quieto
no le culpo
pero ¿qué dicha tengo yo
qué dicha tengo yo
de todo esto?
Hay un despojo en el mar
y no quiero perderle.
¿Gatos querías? gatos tienes.
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