A mí no me molestan
los ladridos de los perros
no conozco las calles
de tu ciudad inexistente
no obstante boca nuestra
una
los lobos y los perros corren juntos
por paseo bulnes
con las lenguas afuera
qué tanta distancia
entre una célula y otra
juego a alcanzarlo
en la memoria dactilar
Dormida encontré el frío
y el amor nos deslumbró
con su belleza y su miseria
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