la ira de O'Higgins era la norma de Dios
la patria era redonda toda
él era el monarca
de la ciudad letrada
entre la línea se pliega la verdad amortajada
y cada línea es cancha
los amores habitan ahí
son urbes de paso
o tal vez puertos
con tal o cual edificio
con tal o cual patrimonio
pero aquí
han venido de visita
dejando el terruño inhabitable
pero aquí
el sol está en su hora más hermosa
se cuela por la ventana de la micro
un color dorado
una piensa que ha tomado
la aventura como apuesta
que los paseos por estas callejas
nunca pierden su magia
hay construcciones triangulares
y toques de grandeza
la ciudad
un flujo
un río
caudal pedregoso
cuántos fríos dejará
el calor hace temblar la estructura
los ríos pierden su dulzura poco a poco
todo lo que tengo:
una promesa arbitraria
un juego fuera del poder
un colapso a medianoche
sentada sobre un reloj
cubierta de vino y sal
la tinta cruza el entramado
el cerebro es una red de carreteras
las palabras son el vehículo
los piratas y los poetas esconden cosas
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