viernes

Mira, mamá
hombrecitos azules
muertos
uno sobre otro.

cuatro palomas se casaron esta tarde en mi jardín.

cada uno de los pasajes escritos
 que rodean los regazos matutinos es calaña
sobre los tuyos cuatro puntos cardinales
que me vendieron en oferta desastrosa
estaban mustios añejos enmohecidos
Trataron, dios mío
trataron de pintarte maravillas en el rostro en el cabellito de ángel
más por si solos del montaje 
cayeron a pedazos.
Maldigo con el instrumento
mi lápiz como martillo
el día en que me compadecí de tu alma 
y por un par de pesos te metí en mi bolsa.
Hoy recuerdo a mi abuela
ella siempre decía
"No recoja todo lo que encuentra en el camino".



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