viernes

tectónico.

Pasaron un par de horas y cerramos el boliche; cerramos el boliche y nos fuimos a la parte de atrás a seguir tratando. Al final la cerveza no te soluciona ningún problema y la cabeza te duele más que lo habitual. Seguimos tratando casi por costumbre. Que la costumbre no fuera hábito, ah, eso. Eso es otra cosa. "El día que llore con una canción de Arjona me pego un tiro", dijeron al lado nuestro. Cada escenario más feo que el anterior. Sólo nos quedaba seguir tratando, seguir tratando, seguir tratando. Eludiendo toda complicación religiosa. Tomando en tus propias manos la hueá. Hubo frío afuera del boliche pero ya qué. Eran las 5 de la mañana y no teníamos nada mejor que hacer que seguir tratando.

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