Empezaron a caer los indeseables de siempre y los deseables también, mientras ella se perdía entre las conversaciones y las luces de colores. Me frustraba. En el fondo, no quería ver a nadie más. Sabía que mis amigos vendrían, pero esas fiestas me aburrían de sobremanera: sólo por ella estaba ahí.Y ella, con su delantal negro, no miraba a nadie, pareciera que el resto del mundo no existía, eran solo ella y su bandeja, con los vasos que hubiesen arriba. Tomé 6 cortos de tequila y me decidí abordarla. Caminé por todo el local buscándola. Pregunté en la barra por la Yuri. "La Yuri salió" me respondieron. ¿Qué, se había ido, se había acabado su turno, esta noche -justo esta maldita noche- había decidido irse antes?. Me invadió una rabia muy estúpida. Salí a fumarme un cigarro y la vi. Estaba Yuri con su delantal negro fumándose un pito, una cola. Se quemaba los deditos con habilidad. Encontré como excusa perfecta ofrecerle el matacolas que me había regalado mi amigo Pedro.
-Oye, querí un matacola? Te veo complicada.- le dije.
-Oh, vale, gracias! Que no me vean sí, porque estoy en turno- respondió Yuri.
-Si sé, te había visto antes... te queda bien tu delantal.- traté de insinuarme, fracasando estrepitosamente.
-Ah, sí, si yo igual te había visto antes... Vení harto pal local, por eso te he visto, tenís hartas amigas bonitas-.
-¿Erís lesbiana?- no sé por qué chucha le pregunté eso.
-Eeeh... sí ¿por? ¿Me querís presentar una amiga, oye?- Yuri se reía de mí.
-Mira, la verdad es que vine porque quería... o sea, quiero, quiero darte un beso, o sea, quería conocerte y después darte un beso, o algo así... pero entiendo que no hay forma, de... digo, creo que yo no... no sé bien qué decir. Me gustai, Yuri.
Yuri no me dejó terminar. Me lanzó un vaso con pisco y blanca directo a la frente, luego pasó su lengua por mi cara, deteniéndose en mi boca. Me metió la lengua semi a la fuerza, pegando su cuerpo contra el mío lascivamente. Yo estaba más confundido que caliente. Seguía la Yuri moviéndose frente a mí, lamiéndome, frotando su entrepierna contra mi pierna. Me agarró el paquete. Quedé estupefacto.
-¿Qué? ¿No querís culear?- me dijo la Yuri, jadeando.
-No... sé. Yo quería darte un beso, estoy confundido, borracho y bañado en copete.
-Pero gatíllame mientras me dai un beso- insistía, agarrándome el pene sin resultado alguno.
Traté de gatillarla, pero la calentura excesiva de Yuri me dejaba helado. No quería follarla. Yo quería invitarla a un copete y preguntarle sobre su vida, su familia, no sé.. Le propuse volver al local y pedir algo en la barra. Yuri me dijo que tenía que volver al turno.
Me fui a mi casa con el olor de Yuri en mis manos y con olor a pisco en la camisa.
No volví a entrar a ese bar nunca más en mi vida".
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