No
Ya no hay más batallas
ni botas que las acompañen
He trazado con exactitud el camino hacia
Esta muerte cobarde
Lo único que me pertenece hoy es
El poder de mi muerte bajo la piel
El tenerla cobijada como un ciervo
Dormido en algún rincón de mi casa
Crónica de la desigualdad del camino
Y la tristeza de sus instrucciones
La desesperanza contactando los
Bordes de esta camisa y del retrato
Cónica brutalidad de bronce
Suspirando sobre las espaldas
Bordando la victoria ensangrentada
Como quien abraza al amigo exiliado
El dolor de vivir no se parece a estar aquí
En el ardor soporífero del copete
En el viaje subrepticio de los cohetes
En el descanso sin límites del perro sobre la cama
Y es que la vida es triste y sus metáforas
Trágicas se aparecen ante la historia
Como un paisaje gris de la plena consciencia
De los horrores del cotidiano
Busco un trozo de pan
que calme mi hambre de blanco
Un hambre de vacío de neutro de blanco
De enajenarse de estar
Enajenado
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