viernes

perra

no hay ojo por ojo
no hay empate

lloro napas subterráneas
ríos   lagos   ciudades sumergidas
 
cómele el corazón
híncale el diente

me trata como perra
y le ladro insoportable

ataco en la vereda
mastico rabiosa el músculo cardíaco

era un animal gruñendo
con un colgajo en el hocico
pensando: no hay empate.


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