primero adormece la boca
después la tibia garganta
remoja su pared redonda
habían salidas, y meses después
repeticiones
gestos semi vacíos
líneas de autoridad sobre el cemento
construcciones abandonadas
cortando el cielo con su peso denso
estructuras con alambre agarradas
el piso flotando alto
al alcance de viejas trampas
la lengua se deshace en canto
subiendo hasta el más arriba
más allá del desierto absurdo
así como los peñascos
se conforman las paredes
con paciencia y esmero
que dejen fuera al demonio
mal que tal vez yo fuera
bordearán la nueva frontera
de la que el otro es dueño
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