no salvaron la disputa
ni la sangre que se esparcía a las leyes / de su antiguo odio
su lengua muerta y enterrada al olvido de los idiotas
la disputa empezaba a carcomerse las entrañas / acidez de furia
¡Cuánto tarda en morir la noche desesperada
a merced de nuestra crueldad infatigable!
Este invierno tranquilo se alarga
como la cola de un gato
dando pasos / amagues celestiales
que mi letra no se pudra en el trueno
ni en frutales laberintos extranjeros
tantas veces nos habríamos acompañado
esta noche se rompía el cuadro
que se termine
si no estamos haciendo nada
que se termine
si ya no queda ni un espacio ni las ganas
y borracha me caeré y me iré y antes
apretaré con mis manos torpes todo restante
confesando el no lugar y las ganas de caerme y virarme con la noche
que no se va
y no sé
si hay manera de concluir esto diciendo de manera decente
Ya solo una esperanza me quedaba y era amarrar el viento a mi cogote
tapizada de luna fuera de órbita
poniendo por un momento la balanza
al favor de mi brutalidad
al favor de los errores
al favor de ningún nombre de ninguna magistratura ni sucesión ni límite alguno
que al cerrarse las cortinas se cierre todo
y el negro absoluto corone su deceso.
Él sabía reinar las tierras que me colindan
qué pasa si ya no hay tierra
solo supe siempre ser un pedazo desierto
nada malo puede habitar semejante manantial dijeron y yo
en la esquina supe guardarme el agua de mar
vergüenza es que se encierre toda duda
nada de contratos ni reyes ni ricos ni pobres ni viñedos ni cultivos
tierra infértil ni aceite ni afuera ni adentro
¡qué golpe nos da en la nuca la disputa!
noche acábate o te acabo
soy agua estancada
dejaré dormir mi suerte si ya nada dormirá esta noche
todo ha sido vejado a su temor o a su pereza
la misma ambición no sabría dominarlas
a menos que se ofrezca el sol de mensajero
pero
cuánto tarda en morir la noche a merced
de nuestra crueldad infatigable
desahuciada al próspero infinito
conciencia de juglar o de elegido
¿tus camaradas o tus vasallos?
descansa los trajes divinos
y calza las pantuflas del prólogo
que ha finalizado ya
si todo ha terminado
salvo esta noche cretina
todo un rebaño de leones te cobija
que la culpa se someta a la razón
y dejemos la disputa acobardada
El fin de su república justifica su principio.
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