lunes

R. (recuento III)


Nunca entendí tu cabeza ni tus modos tal vez tus amigos
nunca entendí tu dolor ni tu miedo al mundo o al trabajo
no fui capaz de comprender ni tu silencio
ni que me hicieras caso o fingieras hacerlo
nunca entendí cómo me rodeabas con los brazos y me dejabas
en ese mismo silencio
tampoco entendí la enciclopedia de basura que tenías por cerebro
o el gusto de hablar en inglés just because
entendí que me querías como por costumbre
y me hice una herida para echarte la culpa.

Nunca entendí ni las idas ni las vueltas.

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