lunes

S. (recuento V).


Nunca entendí tu forma de mirarme y desarmarme
nunca entendí tus sábanas y cómo éstas me atrapaban
No fui capaz de entender lo que decías a cada error mío
ni tampoco de ver que tú también te equivocabas
Nunca fui capaz y me arrepiento
pero no pude explicarte mis derrotas
Tampoco entendí nunca tu dureza
porque me pinchaba las manos
Nunca entendí tus secretos ni tus trampas ni tus penas
Entendí tal vez tus rimas tal vez tu pulso y me quedé dormida
Entendí que me querías como querías al mundo
pero tarde.




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