He visitado el invierno
paseándome por donde
me llevaban de la mano
no había ciudad como la conocemos:
El predio gris erosionado
mi abuelo estaba arriba de un caballo
el frío le comía las canillas
pero no la voluntad
Llegamos al borde
encontramos una muralla verde
que no terminaba hasta donde yo podía ver
y eran pinos orejones
y araucarias impolutas.
No hay pan amasado
Se ha quemado todo
es tizne y ceniza
Vimos dos ciervos pasar por la cordillera
Mi abuelo recordaba comer guanaco en la guerra
y me dio hambre
pero tenía semillas
esperando en casa el cambio de estación
nos hicimos casi-pájaros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario