Rotación

Dando vueltas sobre mi eje, así estoy, suprimiendo la ansiedad, olvidando el resto, y es extraño, ajeno a lo que estoy acostumbrada, saco conclusiones apresuradas como siempre e intento evitar lo que ya se hace inminente: un regreso a la nostalgia, al anhelo de lo que ya no está, y comparo.
Comparar es más sano que lamentarme, que decir "extraño....", que al final solo vendría a dañar lo que actualmente parece mejorar. Comparar me ayuda a caer en cuenta de lo que en realidad deseo, y tal vez sea ése el problema en realidad.
Cuando empiezo a encontrar los problemas, es porque todo empieza a mejorar.

Cuán fáciles serían las cosas si pudiera apretar Ctrl + Alt + Supr, o sencillamente resetearme.
No es ningún recuerdo en particular, sino el todo, la memoria de A, la existencia de A. La vida de muchas personas sería más cómoda, partiendo por la mía propia. No recordar, ningún detalle, nada de nada. Eso sería la comodidad máxima. Sí, soy cómoda. ¿Quién no desea la comodidad? No todos tenemos vocación de mártires. Sufrir de vez en cuando forma parte de una existencia normal, eso es comodidad. Pasarlo bien, o al menos poder sonreír el resto del tiempo, eso es comodidad. Acostumbrarse a eso, es comodidad. Pasarlo bien todo el tiempo, y nunca mal, es encubrir precariamente que en realidad toda tu vida no tiene ni pies ni cabeza. Y no quiero caminar por esa senda. Quiero Comodidad, sólo eso. No pido ni éxito, ni cumplir sueños, ni tener novio, ni una familia féliz, una casa en la playa, un auto último modelo; sólo pido comodidad. Sólo pido normalidad.  

Últimamente no creo ni en mí misma.